La ley 'rider' entra en vigor esta semana: todos los flecos pendientes de Gobierno, empresas y sindicatos, que vaticinan conflicto tras el verano
Mucho se ha escrito sobre ella y ni siquiera había entrado en vigor. Este jueves, la ley rider que se publicó en el Boletín Oficial del Estado a mediados de mayo, comenzará a aplicarse. El escenario en el que lo hace vaticina una serie de movimientos en el sector del reparto a domicilio: solo en las últimas semanas
Deliveroo anunció que abandonaría el país.
Una de las disposiciones que incluye el articulado de esta ley —que no deja de ser una reforma del Estatuto de los Trabajadores— planteaba que su entrada en vigor llegaría 3 meses después de su publicación en el BOE. El plazo vence precisamente este jueves, 11 de agosto.
La aplicación de la ley llega esta semana con una serie de deberes pendientes. Por parte de las firmas, que objeto de esta nueva norma deben haber laboralizado y regulado ya a los repartidores autónomos atendiendo a los nuevos preceptos legales, pero también a las repetidas sentencias judiciales que habían dictaminado que la relación entre repartidor y plataforma era la de empleado por cuenta ajena.
Pero también por parte de las instituciones. La ley rider incluye la posibilidad de que los representantes de los trabajadores sean informados por las plataformas "de los parámetros, reglas e instrucciones en los que se basan los algoritmos o sistemas de inteligencia artificial que afectan a la toma de decisiones que pueden incidir en las condiciones de trabajo, el acceso y mantenimiento del empleo, incluida la elaboración de los perfiles".
Este detalle no atañería únicamente a los repartidores (riders) que bautizan este proyecto del Ministerio de Trabajo de Yolanda Díaz. El artículo abre la puerta a que absolutamente todas las empresas deban desgranar y permitir que sus algoritmos empleados con fines laborales sean auditados, entre otros, por los propios comités de empresa y sindicatos.
No obstante, y en virtud de esta nueva ley, el Ministerio de Trabajo también ultima la puesta en marcha de una Comisión de Estudio de las Repercusiones Laborales de los Algoritmos. La presentación de dicha comisión, sin embargo, se ha pospuesto a septiembre, según ha podido saber Business Insider España.
Otoño caliente
Tras la marcha de Deliveroo y la presentación de la Comisión de Estudio de las Repercusiones Laborales de los Algoritmos pospuesta, el horizonte inmediato de la ley va a estar en otras empresas del sector, como la española Glovo.
La firma anunció hace unas semanas que laboralizaría 2.000 repartidores pero que mantendría al resto de su flota (cercana a los 12.000 profesionales) como autónomos. Esta fórmula desde la compañía aseguraban “que cumple la ley y sigue el criterio establecido por el Tribunal Supremo y el Tribunal de Justicia de la UE”.
La compañía ha modificado varios aspectos de su plataforma para garantizar la flexibilidad y ajenidad de los repartidores autónomos. Podrán conectarse libremente a la misma y cancelar pedidos sin penalización, según indica Cinco Días. Pero Rubén Ranz, de UGT, critica en el mismo periódico los movimientos de la compañía: Glovo estaría echando "un pulso al Estado de derecho".
“Se están riendo de la gente. Tienen más de 10.000 repartidores y solo van a laboralizar al 20%”. "Mientras exista la app, da igual que fijes tú el precio de tu trabajo, siempre será la aplicación quien determine si vas a trabajar o no. Además, aunque digan que los sistemas de reputación no van a existir, lo que ocurrirá es que no será algo transparente como ahora, sino que estarán ocultos para los repartidores”, lamenta.
La regulación de los algoritmos de la ley de 'riders' va mucho más allá de apps como Glovo o Deliveroo: así te afecta aunque no seas repartidor
Glovo entiende que con estos cambios, la app y su plataforma en sí deja de 'organizar' el trabajo de los repartidores, que serán totalmente autónomos. Deliveroo, por su parte, abandonará España aunque para ello, antes, dará de alta en la Seguridad Social a todos los riders que trabajasen con ellos que todavía no lo estuviesen para luego iniciar un despido colectivo.
El procedimiento afectará a unas 3.800 personas y sindicatos como CCOO ya han mostrado su disposición para ayudar a los trabajadores en el período de consultas de este procedimiento, que Deliveroo espera para septiembre.
Con estos mimbres, es vaticinable que tras el verano el sector del delivery vivirá un otoño caliente. En Cinco Días, las centrales como CCOO y UGT han pedido al Gobierno más compromiso y una "especial implicación" con el cumplimiento de la ley rider que entrará definitivamente en vigor este mismo jueves.
Todavía queda por saber qué hará Uber Eats. Ranz, de UGT, prevé que la plataforma optará por subcontratar flotas de riders, al estilo de lo que ocurre con los VTC. La compañía, que presentará su plan esta misma semana, solo ha anunciado por el momento que confía en seguir operando en España.
El mismo periódico, Cinco Días, también abunda en cómo la negociación del nuevo convenio colectivo de Just Eat (que sí tiene a sus repartidores como trabajadores por cuenta ajena) puede ser una referencia en el sector.
Mientras los últimos flecos de la ley rider se resuelven, algunas empresas que ya apostaban por laboralizar a los repartidores siguen ampliando sus cuotas de mercado y abriendo nuevas franquicias. Es el caso, por ejemplo, de Atajo's, que ya operan en ciudades como Madrid, Barcelona, Zaragoza, Valladolid, Málaga, Tenerife, Las Palmas y esperan cerrar el año en más de 60 ciudades.