Ley Bases. Una reforma laboral para recortar derechos, aumentar rentabilidad y el sometimiento
La regulación de la ley de Bases por el Congreso Nacional traerá entre otros grandes temas consecuencias en el mundo del trabajo. Para Matías Cremonte, presidente de la Asociación Latinoamericana de Abogados Laboralistas (ALAL), asesor del sindicato de Aceiteros y de ATE Nacional, esta reforma laboral «es una reforma típicamente regresiva, aquello que llamamos comúnmente reforma laboral y que obviamos que es regresiva porque cuando se implementa suelen ser así. Esta efectivamente es una reforma regresiva; quita derechos. No está hecha en una forma en una idea de progreso, de mejorar derechos, de avance sino de retroceso. Esto no se esconde, nadie dice que esto genera derechos lo que dicen quienes justifican la necesidad de esta reforma es que es el camino para que luego crezca el empleo, el empleo registrado, crezcan los salarios y se termine la precariedad laboral y crezca la actividad económica. Una suerte de círculo virtuoso que comienza quitando derechos, recortando derechos laborales».
Por otra parte, Cremonte afirmó que «está demostrado, porque no es la primera vez que se hace ni en Argentina ni en el mundo, ni tampoco la primera vez que se hace con este fundamento. En el año 2015 la Organización Internacional del Trabajo (OIT), tal vez el organismo más autorizado para hablar del tema, encargó un informe sobre 63 países que habían reformado la legislación laboral como consecuencia de la crisis del 2008. Muchos países reformaron su legislación de manera regresiva por los efectos que la crisis tuvo sobre el empleo, pero lo para nada llamativo de ese estudio es que de 63 países de distintos continentes y niveles de desarrollo; del primer mundo y del tercer mundo que reformaron regresivamente la legislación laboral, en ningún caso el resultado fue un crecimiento ni de la economía, ni del empleo, ni del empleo registrado. El resultado fue el contrario, empeoraron todos los indicadores económicos y sociales».
«Lo primero que tenemos que decir de esta reforma es que se parte de una premisa falsa, de una mentira», enfatizó el presidente de ALAL que «está demostrado en la Argentina y en el mundo que una reforma regresiva que recorta derechos nunca va a tener o nunca tuvo hasta ahora, y no tenemos porque pensar que esta va a ser la excepción, un resultado virtuoso. Despejado eso, lo que vemos es una reforma básica, una avanzada de los empleadores que recortan derechos para aumentar rentabilidad o aumentar sometimiento. Un periodo de prueba de 12 meses lo que normalmente trae como resultado es un aprovechamiento, un abuso de esa facultad del empleador. Trae una altísima rotación, y por supuesto más precariedad, porque quien está a la espera de que después de 12 meses lo confirmen en el trabajo, por supuesto que no reclama ningún derecho, accede a hacer tareas que no debiera hacer, no se afilia al sindicato, no se adhiere a una medida de fuerza».
Por último, Matías Cremonte adelantó que el gobierno será denunciado ante la OIT por las consecuencias de esta reforma. «Toda la representación sindical, y en el caso de la nuestra de la ALAL, planteamos nuestra preocupación de lo que iba a ser esta reforma laboral y denunciamos muchos aspectos de la reforma que el año que viene seguramente van a ser fruto de tratamiento, porque el gobierno va a ser denunciado», anunció el abogado. Además, señaló que «esta reforma laboral impacta en muchísimos convenios de la OIT, no solo afecta la Constitución Nacional y la vida de las personas que trabajan porque les va a restar derechos que hoy tienen, sino además que vulnera convenios de la OIT. Uno de los aspectos que denunciamos es la posibilidad de despedir a trabajadores y trabajadoras con justa causa por el hecho de que participen en medidas de acción sindical, como una huelga o asamblea que a criterio del empleador constituya un bloqueo».
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