'Mochila Austriaca': ¿la solución al problema de las pensiones?
Esther García López
La 'mochila austriaca' vuelve a la palestra, esta vez impulsada por el PSOE. Con ella se pretende implantar un sistema basado en un fondo de capitalización destinado a los trabajadores que incluye indemnizaciones por despido y un complemento a las pensiones. Los expertos apoyan esta medida, pero reconocen que su implantación en España no será fácil.
Implantar la 'mochila austriaca' en España ha estado en el punto de mira tanto del Partido Popular como del Partido Socialista y con ella pretendían impulsar un mercado laboral eficiente y generar un complemento para las pensiones. Pedro Sánchez ha sido el último en retomar esta idea y tenía previsto iniciar su implantación gradual a partir de 2020, pero tras el rechazo de sus presupuestos y la convocatoria de nuevas elecciones generales este proyecto se quedaría en 'stand-by' a la espera del resultado de los comicios.
La 'mochila austriaca' consiste en un fondo de capitalización para los trabajadores que se mantiene a lo largo de toda su vida laboral y que se puede hacer efectivo en caso de despido (en forma de indemnización), de movilidad geográfica y en el momento de la jubilación. Si el trabajador cambia de empresa se lleva consigo ese fondo. Este modelo, implantado en Austria, establece que la empresa provisiona cada año una parte del despido, aportándolo a un fondo individual de cada trabajador, que se incrementa con las rentabilidades logradas con la inversión de ese capital.
«Se trata de un buen modelo que tendría consecuencias positivas de aplicarse en España y supone una gran oportunidad de complementar el sistema público de pensiones con el ahorro privado», afirma Sandalio Gómez, profesor emérito de Dirección de Personas en las Organizaciones delIESE.
También Eva María Blázquez Agudo, vicedecana de la Universidad Carlos III de Madrid y profesora de Derecho del Trabajo y la Seguridad Social, valora «muy positivamente» esta iniciativa porque es «una forma de apostar por la protección complementaria, pero fuera del sector privado. Con ella se podría asegurar una mejor relación entre salarios y rentas obtenidas en la jubilación (una mejor tasa de sustitución), dejando al margen las cuestiones intergeneracionales y el sistema de reparto». A su juicio, «no es la única medida que hay que tomar en el sistema de pensiones, pero puede ser un gran complemento».
Roberto Pereira, presidente de Economistas Asesores Laborales del Consejo General de Economistas, es de la misma opinión: «La 'mochila austriaca' elimina incertidumbres porque lo que acumula el trabajador a lo largo de su vida laboral en el fondo de esa mochila le va a dar mayor poder adquisitivo y le ayudará a complementar la pensión pública de jubilación».
UN PROYECTO RECURRENTE
La idea de implantar este modelo no es nueva en nuestro país. Sobre ella se empezó a debatir en el año 2000, cuando Gobierno, sindicatos y empresarios analizaron su aplicación. Pero no fue hasta 2010, al aprobar el PSOE su reforma laboral, cuando se creó una comisión interministerial para implantar este fondo. Idea de la que desistieron cuando se enfrentaron a la necesidad de eliminar las indemnizaciones por despido. Un año más tarde la incluyó el Partido Popular en su programa electoral y ahora ha sido el Gobierno de Pedro Sánchez el que ha pretendido impulsarla, pero que cuaje o no esta iniciativa dependerá de si gana o no las próximas elecciones generales.
No obstante, instaurarla en España no es fácil, aseguran los expertos porque, a pesar de sus bondades, su puesta en marcha requiere de un consenso entre sindicatos, patronal y los distintos partidos políticos que, en principio, parece complicado conseguir.
DIFÍCIL IMPLANTACIÓN
Por el momento, todos los implicados ponen objeciones; los empresarios relacionadas con su financiación y los sindicatos temen que este sistema suponga un abaratamiento del despido y la supresión del subsidio de desempleo.
«El único 'pero' que encuentro al establecimiento de la 'mochila austriaca' en España es el mismo que hizo fracasar esta iniciativa en 2010, y es quién va a pagar el fondo. Los trabajadores han visto bajar sus salarios en la última década y las pymes no pueden soportar más presión», se pregunta Eva María Blázquez.
También Sandalio Gómez considera que lo primero que tiene que hacer el Gobierno es aclarar cómo se «llenará» la mochila, quién la financiará, porque en el caso de España no está claro si será el trabajador, la empresa o la Seguridad Social. «Este es un punto muy importante y más si se tiene en cuenta que su objetivo prioritario es servir de complemento para la jubilación».
En su opinión, las partes implicadas deberían dar un salto por encima de «la pura ideología política» y plantearse la necesidad de solucionar el tema de las pensiones. «Tienen que sentarse a negociar y llegar a un acuerdo en que todas las partes cedan algo. Pero dadas las circunstancias políticas, la situación de los sindicatos y la realidad económica del país es mucho soñar que se llegue a un consenso». Muy necesario para «llegar a una solución que permita mantener el sistema público de pensiones a largo plazo».
Y su mantenimiento vendría de la mano de la creación de un trabajo de calidad, impulsado por la 'mochila austriaca', con el establecimiento de un contrato único en que no exista indemnización por despido, ya que el trabajador podría acceder a los fondos de su mochila para sustituirla, y que no diferencie entre contratos indefinidos y temporales. «En muchas ocasiones, los empresarios rechazan hacer contratos indefinidos por la incertidumbre que les provoca la indemnización que deben asumir en caso del despido de un trabajador y optan por el contrato temporal o por no contratar a nadie. Esta es una de las razones por la que no se consolida un empleo de calidad en nuestro país», asegura Roberto Pereira.
Cree que «existe un vaso comunicante entre las pensiones y la 'mochila austriaca' porque la contratación indefinida que propugna este sistema reduce la precariedad de nuestro mercado laboral. Crear empleo de calidad supone un fortalecimiento de nuestro sistema de pensiones, ya que estas se pagan con las cotizaciones de los trabajadores. Esta es la mejor manera de asegurarnos las pensiones a largo plazo».
En definitiva, para Roberto Pereira, con la 'mochila austriaca' «se pueden corregir los agravios existentes en el mercado de trabajo, eliminar la dualidad de la contratación, fomentar la movilidad laboral, eliminar malas prácticas en los despidos, reducir las incertidumbres del empresario respecto a la contratación e, incluso, se crea riqueza y ahorro» en el país.
PROS Y CONTRAS DEL MODELO
Ventajas
El dinero que se ingresa en la mochila es en exclusiva del trabajador y puede disponer de él incluso si deja su trabajo.
La empresa no incurrirá en elevados gastos al reestructurar su plantilla o al despedir.
Se favorece la contratación indefinida y se eliminan los contratos temporales.
Se incentiva la productividad.
Desventajas
Los sindicatos advierten de que podrían aumentar los despidos y recortar los derechos de los trabajadores.
Aumentan los costes laborales: el empleador debe aportar un porcentaje del salario bruto a la mochila, lo que aumenta los costes salariales de la empresa y esta puede reducir los salarios en la misma medida.
No queda claro en qué se invertirán los fondos de la mochila, quién los gestionará ni qué grado de implicación tendrá el trabajador en la gestión de esos fondos.
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