Bélgica aprobó la jornada laboral de cuatro días y el derecho a la desconexión
El país europeo aceptó la reforma en busca de aumentar la tasa de empleo.
Islandia, España, Nueva Zelanda, Reino Unido y Japón impulsan proyectos
similares.
El gobierno de Bélgica anunció el miércoles pasado una reforma laboral que incluye concentrar la jornada de trabajo en cuatro días por semana, con el fin de aumentar la tasa de empleo.
La medida impulsada por los partidos que conforman la coalición gobernante deberá pasar por el Parlamento, luego de ser anunciada por el primer ministro Alexander de Croo, en una conferencia de prensa ante los medios locales.
No habrá una reducción en la carga horaria semanal, pero podrán solicitar que sus 38 horas semanales sean distribuidas en un día menos. Además, tendrán la opción de trabajar menos durante una semana y compensarlo con más tiempo en el futuro.
La jornada diaria podrá tener una duración máxima de nueve horas y media de trabajo, ampliables a 10 horas, previo acuerdo entre empresa y sindicatos.
La reforma también incluye el “derecho a la desconexión”, con el que los trabajadores podrán ignorar mensajes de sus jefes en sus días libres, sin temor a cualquier tipo de sanción.
Además, el proyecto busca mejorar los procesos de despidos, dando la posibilidad de que los asalariados puedan trabajar para otro empleador durante el periodo de preaviso.
La decisión busca “una mejor conciliación de la vida laboral y familiar” y “más libertad” para los empleados, además de un aumento en la tasa de empleo. Actualmente, la tasa es del 71,4%, y el objetivo es alcanzar un 80% en 2030.
Cuatro días laborales y tres de descanso, una tendencia global
La semana laboral reducida está imponiéndose en varios países y empresas de renombre internacional.
En España ya está en marcha un proyecto que busca una rebaja de las horas de trabajo. Se le está dando impulso mediante pruebas piloto acordadas con el Ejecutivo: el Gobierno español aportará 10 millones de euros a 200 empresas que participarán de la prueba para implantar la jornada de 32 horas semanales o cuatro días.
Por su parte, Islandia realizó un experimento entre 2015 y 2019 en el que se redujo la semana laboral a cuatro días y fue un éxito. El estudio demostró que la productividad no solo se mantuvo, sino que en algunos casos incluso mejoró. Actualmente, el 86% de los islandeses trabaja menos horas o puede solicitar el nuevo patrón horario.
Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda, prometió aplicar la semana laboral corta a todo el territorio nacional, para fomentar el turismo interno y la economía.
En Reino Unido, en tanto, está en marcha la iniciativa a través de 30 empresas que podrían ayudar a que el Parlamento adopte por ley la semana laboral de 32 horas a nivel nacional.
En Japón, Microsoft fue la primera en aplicar la jornada reducida y confirmó que sus trabajadores mejoraron su productividad y las ventas hasta un 40%, a la vez que redujeron los gastos de electricidad, de tinta, y de papel, entre otros.
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