Economía informal
OIT destaca el potencial de las tecnologías para impulsar la e-formalización en América Latina
La informalidad laboral es un problema estructural en los mercados de trabajo de la región. OIT analiza el uso de las tecnologías como una vía para hacer más efectivas las estrategias de formalización, aunque para lograrlo será fundamental cerrar múltiples brechas.
Lima – El uso de las tecnologías de la información y comunicación (TICs) en políticas de formalización puede convertirse en una herramienta clave para lograr la reducción de la informalidad en América Latina. Sin embargo, las brechas digitales en países de la región conllevan múltiples desafíos a la hora de implementarlas, destaca un reciente informe de la OIT.
El informe “E-formalización en América Latina: acelerando en una región llena de brechas ”, publicado en el sitio web de OIT Américas, hace hincapié en la importancia de buscar nuevos mecanismos para facilitar el tránsito de la informalidad a la formalidad.
“La progresiva incorporación de TICs por parte de gobiernos, empresas y la población en general permite que las actividades económicas que ocurren en contextos informales se vuelvan más visibles e identificables, mientras que se potencia la productividad”, señala el documento elaborado por la Oficina Regional de la OIT.
El informe enfatiza que el brote de la COVID-19 trajo consigo una profunda variación en torno a cómo los agentes interactúan mediante las TICs, como por ejemplo trabajar en forma remota, forzar a compradores y vendedores a adoptar la digitalización, simplificar procesos digitales para las prestaciones del gobierno y servicios públicos, o cambiar los pagos en dinero en efectivo por pagos digitales.
“La pandemia de la COVID-19 ha desafiado a los países de América Latina a repensar cómo el sector público requiere de la transformación digital para construir resiliencia, particularmente para los trabajadores y unidades económicas informales”.
En cuanto a las iniciativas vinculadas a la e-formalidad en la región, el documento de la OIT hace mención a casos específicos en la región, que si bien no forman parte de una estrategia integrada de formalización, han mostrado lecciones útiles enfocados en cambios inmediatos o parciales como mejoras en los registros o en la productividad.
Medidas como el registro electrónico de empresas, declaración y pago de impuestos electrónicos o la inscripción de trabajadores al seguro social mediante plataformas virtuales, son algunas experiencias vinculadas a la e-formalización que se abren paso en América Latina, pero aún persisten múltiples desafíos y brechas en términos de infraestructura, conocimiento y acceso a nuevas tecnologías para poder acceder a ellas.
En ese sentido, el informe resalta la necesidad de que las iniciativas de e-formalidad no se pueden desarrollar de forma aislada, sino que deberían facilitar la modernización de los impulsores tradicionales o rutas hacia la formalización definidas en cuatro vías: productividad, incentivos, normas y supervisión.
“Los déficits respecto a la generación de evidencias sobre políticas de formalización tienen menos excusas con la digitalización. Por lo tanto, la adopción de TIC en el contexto de formulación de políticas expande la posibilidad de cerrar esta debilidad recurrente”, indica el documento de la OIT.
El informe “E-formalización en América Latina: acelerando en una región llena de brechas ”, publicado en el sitio web de OIT Américas, hace hincapié en la importancia de buscar nuevos mecanismos para facilitar el tránsito de la informalidad a la formalidad.
“La progresiva incorporación de TICs por parte de gobiernos, empresas y la población en general permite que las actividades económicas que ocurren en contextos informales se vuelvan más visibles e identificables, mientras que se potencia la productividad”, señala el documento elaborado por la Oficina Regional de la OIT.
El informe enfatiza que el brote de la COVID-19 trajo consigo una profunda variación en torno a cómo los agentes interactúan mediante las TICs, como por ejemplo trabajar en forma remota, forzar a compradores y vendedores a adoptar la digitalización, simplificar procesos digitales para las prestaciones del gobierno y servicios públicos, o cambiar los pagos en dinero en efectivo por pagos digitales.
“La pandemia de la COVID-19 ha desafiado a los países de América Latina a repensar cómo el sector público requiere de la transformación digital para construir resiliencia, particularmente para los trabajadores y unidades económicas informales”.
En cuanto a las iniciativas vinculadas a la e-formalidad en la región, el documento de la OIT hace mención a casos específicos en la región, que si bien no forman parte de una estrategia integrada de formalización, han mostrado lecciones útiles enfocados en cambios inmediatos o parciales como mejoras en los registros o en la productividad.
Medidas como el registro electrónico de empresas, declaración y pago de impuestos electrónicos o la inscripción de trabajadores al seguro social mediante plataformas virtuales, son algunas experiencias vinculadas a la e-formalización que se abren paso en América Latina, pero aún persisten múltiples desafíos y brechas en términos de infraestructura, conocimiento y acceso a nuevas tecnologías para poder acceder a ellas.
En ese sentido, el informe resalta la necesidad de que las iniciativas de e-formalidad no se pueden desarrollar de forma aislada, sino que deberían facilitar la modernización de los impulsores tradicionales o rutas hacia la formalización definidas en cuatro vías: productividad, incentivos, normas y supervisión.
“Los déficits respecto a la generación de evidencias sobre políticas de formalización tienen menos excusas con la digitalización. Por lo tanto, la adopción de TIC en el contexto de formulación de políticas expande la posibilidad de cerrar esta debilidad recurrente”, indica el documento de la OIT.
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