Trabajar ocho horas al día, descansar los fines de semana, tener vacaciones pagadas y recibir utilidades son algunos de los beneficios que se les exige a las empresas dar a sus empleados, según el Código de Trabajo que estipula los derechos laborales.

Pero no siempre fue así. Hubo una época en la que niños, adultos y ancianos trabajaban por más de 12 horas seguidas en condiciones precarias y sin ningún beneficio o protección legal que los ampare. Aunque lamentablemente, en algunos lugares del mundo aún hay esas prácticas, la mayoría de países tiene una regulación para que los derechos laborales se cumplan.

Y no habrían derechos laborales sin un importante acontecimiento en la historia. El 1 de mayo de 1886, ´los integrantes del movimiento obrero de Chicago cansado de las largas jornadas y falta de atención médica, salieron a las calles a exigir jornadas laborales de ocho horas. Esa ley ya se había declarado, pero los dueños de negocios y fábricas se negaban a cumplirla.

A pesar de que el cambio no se instauró desde ese día, se recuerda en la mayoría de países del mundo al 1 de mayo como el Día del Trabajo, o Día de los Trabajadores, por haber iniciado la lucha que terminaría beneficiando al resto de generaciones venideras. Extrañamente, en Estados Unidos esa fecha se rememora el primer lunes de septiembre.

Los trabajadores que salieron a marchar entre el 1 y 4 de mayo fueron fuertemente reprimidos por la policía, además de ser vistos negativamente por trabajadores de otras áreas. La revuelta terminó con varios manifestantes y policías muertos.

Pero su esfuerzo no fue en vano. En honor a los ‘Mártires de Chicago’ se reconoció en 1899 el Día del Trabajo. A lo largo del siglo XX, en el resto del mundo fueron ampliándose los derechos laborales y las penas para aquellos jefes que no los respetaran.

En Ecuador, por iniciativa de la Asociación de Abastecedores del Mercado de Guayaquil, se conmemoró el Día del Trabajo por primera vez en 1911. El gobierno de Leonidas Plaza Gutiérrez, mediante un decreto del 23 de abril de 1915, consagró “el Primero de Mayo de cada año, día feriado para los obreros del Ecuador”.

Al año siguiente, en 1916, se decretó en el país la jornada de 8 horas laborales, aunque no fue sistemáticamente aceptada de inmediato. Sin embargo, el feriado del 1 de mayo se mantiene cada año y está estipulado su cumplimiento en la Ley de Feriados, que asegura que es un día de asueto obligatorio y no recuperable. (I)

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