En el día de hoy, miembros del Congreso de Estados Unidos están presentando proyectos legislativos que procuran contribuir a resolver el problema de larga data que representa el trabajo infantil en los campos agrícolas estadounidenses. Esta iniciativa, que coincide con el Día Mundial contra el Trabajo Infantil, se produce en un momento en el que Estados Unidos enfrenta un incremento del trabajo infantil.

En los últimos 10 años, entrevisté a numerosos niños y niñas que realizaban trabajo infantil peligroso en los campos agrícolas estadounidenses. Me transmitieron relatos desgarradores sobre extensas jornadas de trabajo en condiciones espantosas.

La agricultura es la industria más letal para los niños y niñas que trabajan en EE. UU. Pese a esto, la legislación laboral permite que menores, incluso de apenas 12 años, laboren legalmente en campos agrícolas de cualquier tamaño durante una cantidad ilimitada de horas, siempre y cuando no falten a la escuela. En todos los demás sectores, 16 años es la edad mínima para trabajar y quienes tienen 14 y 15 años solo pueden hacerlo una cierta cantidad de horas en determinados puestos de trabajo. A su vez, los menores que trabajan en el sector de la agricultura pueden realizar tareas consideradas peligrosos a los 16 años, mientras que los trabajadores de cualquier otro sector deben tener 18 años para desempeñar trabajos peligrosos.

Las niñas, los niños y las familias de la comunidad latina se ven afectados de manera desproporcionada por las consecuencias negativas de estas débiles protecciones.

Hoy se anunciaron dos proyectos legislativos importantes que podrían salvar estas brechas.

La Ley Infantil para el Empleo Responsable y la Seguridad en Establecimientos Agrícolas (o Ley CARE), impulsada por los representantes Raúl Ruiz de California y Raúl Grijalva de Arizona, proporcionaría a niños y niñas que realizan trabajo agrícola las mismas protecciones en el lugar de trabajo que todos los demás niños y niñas que trabajan. Establecería una edad mínima de 14 años para el empleo y una edad mínima de 18 para trabajos peligrosos, es decir, los mismos estándares que se aplican a las demás industrias. Los niños y las niñas que trabajan en granjas familiares quedarían exentos del proyecto de ley y seguiría siendo posible que comiencen a trabajar a cualquier edad.

Otro proyecto legislativo, la Ley No debe Haber Niños y Niñas en Haciendas Tabacaleras (Children Don’t Belong on Tobacco Farms Act), impulsada por la representante Rosa DeLauro de Connecticut y el senador Richard Durbin de Illinois, prohibiría que quienes tengan menos de 18 años trabajen en este tipo de campos. El trabajo con tabaco es particularmente peligroso para los niños y las niñas, debido a que las hojas contienen nicotina, que puede absorberse a través de la piel y causar intoxicación aguda por nicotina.

Los esfuerzos en el Congreso orientados a fortalecer la legislación laboral federal se producen en un momento en que muchos estados intentan revertir las protecciones contra el trabajo infantil incorporando cambios en las políticas que podrían tener consecuencias desastrosas para la salud y la seguridad de niños y niñas.

Reforzar la legislación laboral estadounidense no eliminará el trabajo infantil de un momento a otro, pero es un aspecto central de la solución, junto con pagar a los trabajadores agrícolas un salario digno, proteger los derechos laborales y los sindicatos, y establecer programas de protección social sólidos con el fin de mitigar las dificultades económicas.

El Congreso debería promulgar ambos proyectos de ley para que Estados Unidos esté más cerca de poner fin al trabajo infantil y defender los derechos de niños y niñas.

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