¿Está preparado EEUU para una semana laboral de cuatro días?
Según sus defensores, el objetivo es incrementar la productividad en los cuatro días laborables —o 32 horas a la semana— y dar una mayor motivación a los trabajadores, así como lograr un ahorro en los gastos de la empresa, alivio de emisiones contaminantes y mejora de la salud mental de los empleados.
Varios países han realizado pruebas para ver cómo podría instrumentarse, mientras que otros ya han establecido legalmente las 32 horas de trabajo a la semana o van en camino a implementarla.
La cuestión crucial en el debate radica en si la reducción de la semana laboral también implica una disminución de la jornada diaria o si se trata de comprimir las tradicionales 40 horas de trabajo en cuatro días.
Entre las dudas y los probables beneficios, ¿podría un experimento similar tener sintonía en empresas, trabajadores y la dirección política de Estados Unidos?
Cómo ha sido el experimento en otros países
Juliet Schor, economista del Departamento de Sociología del Boston College ha estudiado este tema en profundidad. "Cada vez son más los países que toman medidas", dijo Schor citado por ABC News.
En Reino Unido, 61 empresas y 2,900 trabajadores participaron en un experimento tras el cual 56 de esas empresas decidieron acogerse al nuevo esquema, dice un informe de la organización 4 Day Week Global.
"Todos los negocios con los que hablamos reportan un aumento de la productividad", afirma Mundo Charlotte Lockhart, directora ejecutiva de esta organización, citada por la BBC.
El pasado noviembre, Bélgica aprobó una ley que obliga a las compañías a ofrecer a los trabajadores el derecho a solicitar una semana laboral de cuatro días.
España, uno de los primeros países del mundo en probar la semana laboral de cuatro días, ha recibido solicitudes de 41 empresas pequeñas y medianas, que suman 503 trabajadores, interesadas en la reducción de la jornada laboral.
Los empresarios españoles, sin embargo, han manifestado su rechazo a la política. Ricardo Mur, líder de CEOE, una de las principales asociaciones empresariales del país, la califica de "locura", subrayando que el país "necesita más trabajo, no menos".
El gobierno español subvencionará algunos gastos de estas empresas para empujar la iniciativa. Según el ministro del Trabajo, Héctor Gómez, "este primer programa piloto demuestra que las empresas están abiertas a una nueva forma de organizar sus jornadas, con reducciones del tiempo de trabajo sin afectar los salarios y mejorando sus resultados empresariales: todos ganan, pymes y trabajadores".
En Nueva Zelanda, la compañía de productos alimenticios y cosméticos Unilever, está llevando a cabo un experimento piloto durante todo este año, tomando como referencia los cambios que introdujeron en ese sentido Perpetual Guardian o Microsoft Japón. "La viejas formas de trabajar están obsoletas", afirma Nick Bangs, gerente de Unilever Nueva Zelanda, citado por BBC Mundo.
Los pasos tímidos que se dan en algunos estados de EEUU
En Estados Unidos, la semana laboral de cuatro días se enfrenta a obstáculos, tanto desde la perspectiva más práctica de la productividad como desde las leyes y la cultura corporativa de cada empresa.
En abril, legisladores de Massachussets presentaron un proyecto de ley para brindarle a las compañías una bonificación fiscal si cambian al menos a 15 trabajadores a cuatro días a la semana sin recortar su salario. Algo muy similar habían hecho tres meses antes legisladores de Maryland, aunque la iniciativa fue anulada posteriormente.
En California y en la Cámara de Representantes de Estados Unidos los legisladores han presentado proyectos de ley que fijarían la semana laboral estándar en 32 horas.
Algunos expertos señalan que la creciente presión del mercado junto a la actividad legislativa podrían acabar imponiendo la semana laboral de cuatro días, pero otros lo ven prácticamente imposible.
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