domingo, 27 de octubre de 2019

LABORAL / MERCADO DE TRABAJO. Posición empresaria ante la precariación


Espinas de la modernización laboral 

No son sólo Uber ni los empleos “precarios” que generan las plataformas de internet. Días atrás, una automotriz comenzó a vender con descuentos por Mercado Libre, pero con la inclusión de los concesionarios como parte del negocio: el cliente reserva la unidad con un anticipo por la web y luego termina cerrando el negocio, en persona, con el vendedor del salón de forma tal que no vulnere ningún derecho.
La tecnología llegó para quedarse en el mundo del trabajo y encuentra a la Argentina mal parada, sin crecimiento desde hace casi una década y con todos los indicadores en rojo, justo cuando el mundo afronta “una mutación permanente”, en palabras de María Vega Ruiz, consultora de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
La modernización de los convenios laborales y las nuevas formas de trabajo estuvieron en el centro del escenario en el 55º Coloquio Anual de Idea, encuentro que, además de congregar a un millar de altos ejecutivos de medianas y grandes empresas y a funcionarios nacionales, esta vez llevó a las playas de Mar del Plata a una decena de sindicalistas de primera línea que opinaron fuerte sobre la cuestión.
Al calor del pacto de precios y salarios que impulsa el candidato opositor Alberto Fernández, hubo fuego en el debate bajo la consigna: “A los hechos, el trabajo como elemento transformador de todo”.
Dante Sica, el ministro de Producción y Trabajo, le puso números a una agenda impactante: la mitad de la población económicamente activa (PEA) se desempeña en trabajos de muy baja productividad, con ingresos inferiores a la línea de pobreza.
Son 4,5 millones de personas. Solamente el 10 por ciento de la PEA cuenta con empleos de calidad. El otro 40 por ciento está en el peor de los mundos: informalidad, en especial jóvenes y mujeres. Mientras Argentina debate, el 65 por ciento de los niños escolarizados menores de 12 años tendrán, cuando llegue el momento, trabajos que hoy no existen, puntualizó Jorge Becerra, analista de Boston Consulting Group.
El especialista complementó con un dato conocido: la mitad de los empleados serán reemplazados por máquinas en una década y, en sentido inverso, sectores como la minería y la salud ya tienen nuevos trabajos que no existían hace cinco años.
Para el economista Eduardo Levy Yeyati, la modernización laboral es, a esta altura, un tema remanido en la Argentina que está “sobrediagnosticado y subejecutado”.
Coexistencia. La de los robots con los humanos. (Amazon)

Coexistencia. La de los robots con los humanos. (Amazon)

Alejandro Asrin, presidente de Naranja y el único empresario cordobés presente en Idea, puntualizó que no se trata de futuro.
“La revolución tecnológica ya lo cambió todo, eso es presente, no futuro”, dijo a La Voz y agregó que el esquema laboral vigente en la Argentina hace que mucha gente ocupe “puestos que agregan escaso valor en todos los sectores”.
Pero cuando este tema está servido sobre la mesa, aparece de inmediato la resistencia sindical a aplicar transformaciones en sus convenios colectivos.
Daniel Herrero, el CEO de Toyota, descartó que haya una predisposición natural en las partes (gremios y empresas) a resistir los cambios y puso como ejemplo la experiencia de esa automotriz en su planta de Zárate (Buenos Aires).
“Mejora continua, productividad, calidad, capacitación y ergonomía están en el convenio colectivo”, firmado por el Smata (sindicato de mecánicos). “Necesitamos tener en claro los objetivos y ver cuánto estamos dispuestos a ceder”, dijo.
Con el acuerdo firmado en su momento, Toyota registró el jueves pasado dos por ciento de ausentismo y 98 por ciento de eficiencia y producción, añadió.
Pero Sergio Palazzo, titular de la Asociación Bancaria, planteó reparos a la irrupción desbocada de la tecnología. Una vez más, apuntó hacia Mercado Pago, un incipiente competidor del sector financiero.
“Necesitamos la regulación de plataformas digitales. No es descabellado ni estatista: lo plantean el Banco Mundial y el FMI (Fondo Monetario Internacional)”, indicó. Y comparó: la banca digital paga el 15 por ciento de Impuesto a las Ganancias y un trabajador, el 35 por ciento.
Por su parte, Hugo Yasky, de la Central de Trabajadores de la Argentina (CTA), señaló que la defensa del “bienestar general” debe ser el objetivo del sindicalismo en estos temas, aunque reconoció que la formación profesional “debe transformarse en una verdadera epopeya” y consideró necesaria una reforma, “pero con objetivos muy claros”.
Profundizar el diálogo social y formar a las personas en nuevas habilidades
¿Qué salidas hay frente al avance tecnológico y el impacto que tiene sobre los empleos actuales?
María Luz Vega Ruiz, de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) explicó que los objetivos permanentes de esa entidad son la “sostenibilidad, la productividad y la protección” del empleo.
Y para garantizar los puestos, la especialista consideró, aunque parezca una consigna vacía, que existe un solo camino: “Con diálogo social. Hay que revitalizar el contrato social existente y debatir en ese marco cómo se debe meter a la tecnología para que no resulte desleal”, dijo.
Alejandro Asrin, de Naranja, consideró que la promoción de la formación en las habilidades que se requieren en la actualidad es clave. También “modificar los diseños de organizaciones que tienen las empresas para lograr mayor agilidad” y reforzar la capacitación de personas que no tienen oportunidad dentro de este modelo “en habilidades de segundo o tercer grado, para que logren su bienestar”, propuso.
En ese camino, el ministro de Producción y Trabajo, Dante Sica, destacó las experiencias de las escuelas de capacitación de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) y la Uocra (gremio de la construcción), y consideró que en una eventual modernización laboral se deben discutir “categorías nuevas para los trabajadores de plataformas”.
Para el economista Eduardo Levy Yeyati, en tanto, es “muy difícil” que sea posible volver a capacitar a los “trabajadores adultos”, quienes “no van a volver a la escuela”. Pidió además que el sector público, en sus distintos niveles, deje de subsidiar la capacitación en actividades que van a desaparecer.
Cinco consignas básicas
Desde la organización de Idea, Javier Goñi, gerente general de Ledesma, planteó que esa institución definió cinco objetivos para aggiornar el mercado laboral: repensar las formas de contratación, modernizar los convenios, educar para la formación, reducir los costos laborales no salariales y disponer de un régimen simplificado de empleo para las pymes con menos de cinco empleados.
El consultor Jorge Becerra (Boston Consulting Group) alertó que hay que avanzar hacia un “nuevo modelo de capacitación laboral” con una necesaria transformación del sistema educativo, con incentivos concretos a la reconversión laboral y a la creación de nuevo trabajo.
“La gente está dispuesta, el 70 por ciento de las personas dice que se mudaría de país ante una mejor oportunidad laboral”, graficó.
Pero Levy Yeyati volvió a puntualizar sobre algo que consideró indispensable: “El empresariado debe decir qué necesita, pero después debe ayudar a conseguir la formación”.
Mercado laboral: En números
4,4 millones. Informalidad. Esa es la cantidad de asalariados sin aportes jubilatorios ni obra social en el total de la población urbana argentina.
2 millones. Sin trabajo. Al cierre del segundo trimestre de este año, esa cantidad de personas estaba sin empleo en las urbes del país.

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